En el último viernes, el fotógrafo brasileño Juliano Coelho, conocido nacionalmente por sus ensayos femeninos sensuales, ha recebido más de una decena de denuncias de acoso, constreñimiento e incluso violación. Es acusado de aprovechar las posiciones de fotógrafo y profesor para abusar de modelos y alumnas. Los relatos se reunieron en un perfil en el Instagram.
Con un vasto portafolio y decenas de miles de seguidores en las redes sociales, el fotógrafo era considerado referencia en ensayos femeninos. Casado, padre de dos niñas, se presentaba en su sitio como alguien tratando de transformar la vida de las mujeres a través de sus registros. Tal transformación sucedería a partir de un método que él llamaba “retratoterapia”.
Según la descripción en su sitio, la “retratoterapia” consistiría en una “sesión exclusiva donde la modelo tendría la oportunidad de conectarse con su vida, su belleza y la naturaleza a través de retratos”. Para mejor aprovechamiento de la sesión, él recomendaba a los clientes que la experiencia debería ser algo único entre el fotógrafo y la retratada.
Después del desahogo de la fotógrafa Camila Francia, que publicó en las redes sociales un manifiesto contra fotógrafos abusadores, las víctimas de Juliano parecen haberse sentido alentadas a compartir sus experiencias. Algunas anónimamente, otras que no se importaron en mostrar el rostro y los mensajes intercambiados entre ellas y el fotógrafo.
La denuncia más grave y antigua data de julio de 2014. Durante un ensayo en un hotel en el centro de São Paulo, él habría violado la modelo. En las palabras de ella, para justificarse poco después del acto, Juliano habría dicho que lo que hubo “fue un accidente de recorrido” y pidió que nadie supiera lo ocurrido, ya que tenía una carrera, esposa e hija.
El lunes, Juliano dejó un último pronunciamiento a través de su sitio informando que se desligó de las redes sociales para cuidar y proteger a su familia. También afirmó que la fotografía ahora formaba parte de su pasado. Leer más abajo:
