En Islandia, el paisaje y el tiempo están cambiando infinitamente. La edad y la decadencia crean un mundo surrealista de rituales que pueden parecer poco atractivos o, en algunos casos, grotescos. Los rituales de agricultura y caza son lentos, deliberados e intensivos en mano de obra. La pesca, la caza, la plantación y la recolección se consideran pasatiempos para muchas personas locales. El ritmo de la agricultura es lento, dictado por la naturaleza, la economía y la pura voluntad. La agricultura, para la fotógrafa, puede ser vista como una manifestación física de la determinación de un ser humano. Los esfuerzos de un granjero son inciertas y esa elección de vida le parece noble.
Los efectos de una vida transcultural inspiran a los personajes que crea. En Islandia - una cultura empapada con sagas antiguas, mitos de duendes que viven dentro de las rocas y así sucesivamente - Sosnowska oye muchas voces que ganan vida.
"Mis experiencias adultas informaron mi sensibilidad y me permitieron exponer el mundo oculto de las historias nutridas en mi mente. Como mujer, interpreta esas historias culturales de forma primordial y sensual. Para encarnar lo que a veces es común, a veces puramente femenino ya veces sobrenatural es buscar una manera de hacer las imágenes públicas públicas. Uso de una cámara de visión 4X5 para crear mis imágenes. Bajo mi paño oscuro, compongo los bordes de una historia que revela mi inclusión en un lugar. Mis fotografías son el lenguaje que me conecta a las verdades profundas dentro de mí. En aquella fracción de segundo, cuando el obturador de lente hace clic, la fantasía y la realidad se convierten en una."
via LensCulture