Glinn viajó a Japón en 1961, encargado por la icónica revista Holiday para una serie de viajes documentando Asia y los Mares del Sur. Su extensa documentación del país más tarde se transformó en el libro "A Portrait of Japan", que ofrece un estudio visual práctico de paisajes y personas niponas.
Un perfeccionista técnico, las fotografías de Glinn son un testimonio de su dominio de procesos fotográficos relativamente temprano en una época en que aún era mucho más común fotografiar en blanco y negro. De un sol matutino bañando el Monte Fuji en la luz dorada, a los tonos dramáticos de un amanecer de la luna llena, sus imágenes prestan una calidad surrealista a los paisajes japoneses. Extensos campos de trigo y flores delicadas dan lugar a retratos de personas de toda la región, haciendo una colección de imágenes que capturan la esencia de Japón a principios de los años sesenta.
Al describir su enfoque, Glinn observa: "He llegado a creer en la superioridad del descubrimiento sobre la invención. Lo que es importante no es lo que hago, pero lo que pasa conmigo."
El conocimiento de Glinn en antropología cultural moldeó el enfoque que tenía para la fotografía de viaje. Sus amplios estudios visuales de los países que él viajó ofreció una visión sobre las culturas que eran ampliamente desconocidas para el lector occidental. Lejos de presentar una perspectiva voyeurística sobre el tema, la obra de Glinn ofrece un documento estudiado de los lugares que visitó.
Fuente: Magnum Photos
