Confinado en interiores durante el período de aislamiento impuesto por la pandemia del covid-19, el fotógrafo Noni Levinson dirigió su lente hacia la comida que encontró en la cocina. En una serie de primeros planos en blanco y negro, realizados con gran rigor técnico, el fotógrafo utilizó luces y sombras para resaltar las texturas de vegetales, frutas y verduras.
“Después del susto de saber que estaría encerrado y como la cosa sería lidiar con ese imponderable, busqué, aprovechando mi mirada a lo insólito, descubrir cosas nuevas en la casa y me fui a fotografiar. Lo primero que me llamó la atención, en medio de lavar las compras, fue el ajo. De él a sus compañeros fue un salto.”
Sobre el fotógrafo
Un israelí que vive en Río de Janeiro, fotógrafo e ingeniero, Noni Levinson comenzó a fotografiar cuando aún era adolescente, con una cámara analógica. “Pasé unos años sin hacer fotografías y volví al mundo digital. Echo un vistazo a los detalles y a lo que normalmente no nos detenemos a ver, que para mí es un ejercicio de ver lo bello, desde el clic hasta el tratamiento fotográfico.”