Hoy sucede más una edición de la tradicional 500 millas de Indianápolis, sexta etapa del calendario de carreras de la temporada de 2017 de la serie IndyCar. La primera edición de la carrera popularmente conocida como Indy 500 fue realizada el 30 de mayo de 1911. En aquel año, la pista que anteriormente era de grava y alquitrán fue pavimentada. Un total de 60.000 fans-cerca de un quinto del público actual- aparecieron para ver la acción. Pero quizás la mayor diferencia entre aquella época y ahora es la evolución de los propios coches de carreras.
Cuando Ray Harroun ganó la primera Indy 500, lo hizo en un Marmon Model 32, apodado Wasp (avispa) debido a su esquema de colores amarillo y negro. El vehículo de Harroun estaba muy lejos de los elegantes demonios de la velocidad actual: Era poco más que un chasis cilíndrico con cuatro ruedas estrechas, un asiento y una cola simplificada. A falta de un parabrisas, fue el primer coche a emplear el uso de un espejo retrovisor, y corría a una velocidad media de 120 Km / h.
A lo largo de los años, el monoposto en la Indy 500 evolucionó mientras los ingenieros desarrollaban formas de maximizar la velocidad sin sacrificar la seguridad. Los avances en la aerodinámica permitieron que los coches de hoy alcancen velocidades de hasta 350 Km / h. En homenaje a una de las instituciones más veneradas del automovilismo, la revista Time encargó al editor de fotografías Sanna Dullaway la coloración de diversas imágenes desde los primeros días del evento conocido como el "mayor espectáculo en carreras".
Fuente: Time
