El COVID paró el mundo, decimos, sin pensarlo mucho. Pero el mundo no se detuvo. Por cada trabajador que dejó la oficina y empezó a trabajar desde casa, cientos continuaron saliendo a las calles para ganarse la vida, para ayudar a familiares, amigos y extraños, para respirar, para no asustarse. La vida continuó. La vida sigue.Incluso cuando todo se detuvo, la vida continuó, los seres humanos abandonaron la comodidad del hogar (o continuaron sin él). En riesgo de muerte, sin entender del todo lo que estaba pasando. ¿Quién de estas personas que Maneco vio pasar sigue en la Tierra? ¿Cuáles sobrevivieron a la pandemia, cuáles viven sólo en fotografías y recuerdos? La vida continua. Sigue en ausencia, sigue en presencia.En esta colección de fotografías callejeras, Maneco documenta a los seres humanos en medio de un evento global. Un planeta unido por el miedo y la confusión. En cada máscara y en cada conversación lejana, y en el cansancio de cada mirada. Ya sea en São Paulo o en Salvador, arroja su luz única sobre un día a día que adquiere un aire surrealista, guiado por protocolos de seguridad, y vuelve lírica la realidad de quienes salieron a las calles en este momento que persiste. La vida continua.
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